Allí
donde en el río crece un sauce recostado,
que
refleja hojas blancas en el agua cristalina.
Allí,
mientras tejía fantásticas guirnaldas
de
ranúnculos, ortigas, margaritas y esas flores alargadas
que
los pastores procaces llaman con nombres soeces,
pero
que en boca de nuestras doncellas no son
sino
“dedos de difunto”. Allí, cuando trepaba
para
colgar en el árbol su corona silvestre,
rompiese
una rama pérfida, y cayó ella, y sus trofeos
floridos
en aquel arroyo de lágrimas. Extendidos
sus
ropajes en el agua, salía a flote cual sirena,
y
cantaba estrofas de antiguas canciones,
inconsciente
del peligro, o como hija del agua,
acostumbrada
a vivir en el propio elemento.
No
pasó mucho tiempo, sin embargo,
sin
que el peso de sus vestidos empapados de agua
arrebatara
de sus cánticos a la infeliz, arrastrándola
al
cieno de la muerte
Gracias por visitarme!
ResponderEliminarUn besote!
Marianela xxx
www.marilynsclosetblog.com
Sin duda mi obra favorita de Sir John Everett... Romántica, drámatica, intensa, preciosa...
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario en mi blog guapa! ¿Te apetece que nos sigamos? ;-)
xoxo
Patricia
http://misstoptenimage.blogspot.com
ohhh q bominto!! muy bien mademoiselles!!!
ResponderEliminarSiempre provocas algo, nunca me dejas indiferente. ..
ResponderEliminarWow ;)
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