domingo, 7 de abril de 2013

Distance





Voy rápido, quiero llegar justo a tiempo. Inconsciente, procuro no pisar las juntas que separan los adoquines. Mis playeros blancos brillan al sol. Un cordón está a punto de soltarse de su compañero. Ni siquiera pienso en detenerme. Meto una mano en el bolsillo. Llevo unas monedas sueltas. Las acaricio. En mi boca un sabor metálico. Camino más rápido.
Lo veo ya. Camiseta negra. Brazos desnudos. Vaqueros. El calzado todavía no es visible. Cada vez se hace más grande. Como si Alicia le diese pastel para crecer. Me ve. En la mano derecha lleva algo.  Solo camino yo. Diez metros. Nueve metros. Ocho metros…  A medida que me voy acercando su mano va subiendo a cámara lenta. Apunta hacia mi dirección. Cuando distingo lo que lleva, mi mirada cae lentamente hacia el suelo, pero mis pies siguen avanzando. En un instante mi mente borra lo que he visto. Levanto la mirada y esta vez lo miro directamente a los ojos. Marrones. Los recuerdo. Llego a su altura. Me detengo.  Una fina camiseta de algodón es lo que separa el cañón de su arma de mi pecho. Mi mirada se mantiene, fuerte.

1 comentario: