lunes, 25 de marzo de 2013

Sweet death of Ophelia





Allí donde en el río crece un sauce recostado,
que refleja hojas blancas en el agua cristalina.
Allí, mientras tejía fantásticas guirnaldas
de ranúnculos, ortigas, margaritas y esas flores alargadas
que los pastores procaces llaman con nombres soeces,
pero que en boca de nuestras doncellas no son
sino “dedos de difunto”. Allí, cuando trepaba
para colgar en el árbol su corona silvestre,
rompiese una rama pérfida, y cayó ella, y sus trofeos
floridos en aquel arroyo de lágrimas. Extendidos
sus ropajes en el agua, salía a flote cual sirena,
y cantaba estrofas de antiguas canciones,
inconsciente del peligro, o como hija del agua,
acostumbrada a vivir en el propio elemento.
No pasó mucho tiempo, sin embargo,
sin que el peso de sus vestidos empapados de agua
arrebatara de sus cánticos a la infeliz, arrastrándola
                                                                     al cieno de la muerte


5 comentarios:

  1. Gracias por visitarme!
    Un besote!

    Marianela xxx
    www.marilynsclosetblog.com

    ResponderEliminar
  2. Sin duda mi obra favorita de Sir John Everett... Romántica, drámatica, intensa, preciosa...
    Gracias por tu visita y comentario en mi blog guapa! ¿Te apetece que nos sigamos? ;-)
    xoxo
    Patricia

    http://misstoptenimage.blogspot.com

    ResponderEliminar
  3. ohhh q bominto!! muy bien mademoiselles!!!

    ResponderEliminar
  4. Siempre provocas algo, nunca me dejas indiferente. ..

    ResponderEliminar